La seguridad es una preocupación constante para los juristas. Trabajar con información sensible de los clientes obliga a que tengamos que tomar medidas de seguridad exhaustivas para evitar la pérdida o filtración de documentos.
A medida que avanza el tiempo, los problemas evolucionan. Las tecnologías exponenciales han irrumpido en el mundo de la abogacía, facilitando el trabajo de muchos abogados, sin embargo también traen nuevos retos, desde la conexión a internet hasta el tratamiento de los datos.
Por este motivo, la seguridad digital representa un desafío importante para los juristas. En este artículo profundizaremos en este tema y veremos cómo afecta a los abogados y que papel debemos asumir.
La privacidad de los datos gestionados
Las tecnologías exponenciales permiten a los juristas llevar a cabo una amplia gama de tareas de forma automática. Gracias al uso de estas tecnologías, los juristas pueden buscar datos de manera más rápida, redactar contratos o automatizar diversas tareas rutinarias.
No obstante, el principal problema radica en que las propias herramientas utilizadas recopilan, almacenan y analizan información. Esto es algo inevitable, ya que sin estas capacidades sería imposible que realizaran el trabajo. Debido a esto, debemos asegurarnos de que los datos que manejan estén debidamente protegidos y se utilicen de acuerdo con el Reglamento General de Protección de Datos de la Unión Europea (RGPD). La ciberseguridad es la mejor forma de proteger estos datos.
Ciberseguridad EN LA NUBE
Está claro que para trabajar con tranquilidad, los juristas debemos prestar atención a la ciberseguridad. Una de las mejores soluciones en este sentido es contar con los servicios de una empresa de seguridad en la nube. Trabajar con información tan sensible en la nube ofrece una gran ventaja: cuando se trabaja con datos en la nube, se puede acceder a ellos desde cualquier dispositivo a través de Internet. Esto permite tener el despacho virtualmente en cualquier lugar.
Las empresas que ofrecen servicios en la nube cuentan con servidores que tienen fuertes medidas de seguridad. Estas medidas no se pueden comparar con el simple antivirus o firewall que se puede encontrar en un despacho. Cuando los documentos se encuentran tan protegidos, esto disuade a los hackers informáticos que buscan obtener información.
Además de tener una mayor protección de los datos, también tiene la ventaja de contar con copias de seguridad en la nube. Si por alguna razón se pierde toda la información del despacho, se puede restaurar cómodamente descargándola nuevamente desde Internet. Esta es una solución muy útil, especialmente en casos de secuestro de información, uno de los delitos más comunes en Internet.
En definitiva, a pesar de que las tecnologías exponenciales ofrecen muchas ventajas a los juristas, es muy importante que estos se familiaricen con los nuevos riesgos a los que se exponen y encuentren la mejor manera de solucionarlos. Las nuevas tecnologías pueden hacer que el despacho sea mucho más eficiente, pero si no se utilizan de manera adecuada, también pueden convertirse en un problema. La mejor manera de aprovechar al máximo estas tecnologías es tener un conocimiento profundo de su funcionamiento.
el rol del abogado en la ciberseguridad
En la era digital en la que vivimos, la ciberseguridad se ha convertido en un tema de vital importancia tanto para empresas como para individuos. Los avances tecnológicos han abierto nuevas puertas y oportunidades, pero también han dado paso a una serie de amenazas y desafíos que requieren una atención especializada. En este contexto, los abogados desempeñan un papel crucial en la protección de los derechos y la seguridad de sus clientes en el ámbito de la ciberseguridad.
El Consejo General de la Abogacía resalta que es importante que el abogado pierda el temor a asumir un papel protagonista en la gestión de incidentes de seguridad informática para asumir el liderazgo en necesidades internas de la empresa o despacho, y externas con clientes y proveedores:
Necesidades internas: iniciativas de prevención (redacción de políticas internas, cláusulas contractuales y otra documentación, formación, etc.) y de gestión frente a posibles daños que puedan haberse producido en la empresa como resultado de un ciberataque. Por ejemplo: coordinar una investigación interna, preparar y presentar una denuncia, asesorar en la recopilación de pruebas, seguir el protocolo de custodia de evidencias, prepararse para un posible proceso judicial futuro, interactuar con las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado y, en su caso, con la Fiscalía, así como trabajar con la compañía de seguros y el departamento de comunicación de la organización para revisar los mensajes relacionados con el incidente que se emiten hacia el exterior.
Necesidades externas: abarcan las reclamaciones de clientes o proveedores, las acciones del regulador, la protección de la responsabilidad de los administradores y directivos, las crisis de reputación, etc.
En resumen, en un mundo cada vez más digitalizado, los abogados desempeñan un papel crucial en la protección de los derechos y la seguridad de las personas y las empresas en el ámbito de la ciberseguridad. Su conocimiento especializado en leyes y regulaciones relacionadas con la protección de datos, la privacidad y la seguridad informática, así como su capacidad para prevenir y responder a incidentes cibernéticos, los convierte en aliados indispensables en la lucha contra las amenazas digitales. Los abogados en ciberseguridad no solo ayudan a sus clientes a cumplir con las leyes, sino que también les proporcionan la confianza y la tranquilidad necesarias para enfrentar los desafíos de un mundo cada vez más conectado.
Kommentare