
La inteligencia artificial (IA) ha revolucionado numerosos sectores en los últimos años, pero en el ámbito legal, su adopción ha sido más gradual y cautelosa. A pesar de las ventajas significativas como la capacidad de ahorrar tiempo, evitar inconsistencias en documentos legales y proporcionar un mayor rigor jurídico en la toma de decisiones, la comunidad legal muestra una cierta reticencia hacia la plena adopción de la IA en su práctica cotidiana. Exploraremos las razones detrás de esta desconfianza.
En una reciente entrevista para el independiente, Jorge Morell Ramos, abogado especializado en nuevas tecnologías y consultor legaltech, en España, explicaba que la IA se ha implementado de manera sólida en la alta abogacía y las grandes consultoras, representando aproximadamente el 20% del sector, mientras que en los despachos pequeños, que constituyen entre el 70% y el 80% de los bufetes, su uso es limitado.
¿Porqué no termina de gustar la inteligencia artificial en los despachos medianos y pequeños?
Las motivaciones que sustentan la reticencia de los abogados hacia la Inteligencia Artificial son diversas. En primera instancia, los abogados, por defecto profesional, muestran una aversión al riesgo elevado, prefiriendo herramientas confiables y seguras, a diferencia de la Inteligencia Artificial, que todavía tiene una percepción negativa entre otras cosas por la generación de alucinaciones e inconsistencias. Además, para muchos abogados, la práctica legal es considerada una artesanía en la que cada caso requiere un enfoque y estrategia específico.
Hemos investigado más motivos que están afectando a la adopción de la Inteligencia Artificial de manera homogénea en el sector de la abogacía:
1. Necesidad de regulación y control: Durante el XIII Congreso Nacional de la Abogacía Española, celebrado en mayo de 2023, surgió un debate crucial en torno al uso de la inteligencia artificial en la prestación de servicios jurídicos y el ejercicio del derecho de defensa en línea. En dicho congreso, se enfatizó la importancia de establecer un sólido marco normativo que garantice la neutralidad tecnológica de las plataformas de IA aplicadas al ámbito legal. La preocupación radica en que estas herramientas puedan generar efectos contraproducentes en la ética profesional y los derechos de defensa de los ciudadanos si no se supervisan adecuadamente.
Se propuso, en este sentido, una enmienda al artículo 11 del Proyecto de Ley de Derecho de Defensa, con el fin de permitir que las personas comprendan de manera transparente el funcionamiento de las plataformas de Inteligencia Artificial empleadas en la prestación de servicios jurídicos. Esta enmienda persigue facultar al Consejo General y a los Colegios de Abogados para supervisar y garantizar la correcta práctica del derecho de defensa, así como los valores éticos fundamentales que rigen la profesión.
2. Interpretación y contexto: Otro desafío que enfrenta la IA en el ámbito legal reside en su capacidad para interpretar el contexto y la intención detrás de las palabras. Los abogados argumentan que la Inteligencia Artificial podría carecer de la sofisticación requerida para comprender las sutilezas y las motivaciones humanas en casos de naturaleza compleja. La ley no siempre se limita al texto , sino que cabe interpretación de la norma jurídica, lo que implica comprender el espíritu de la ley y su aplicación a situaciones específicas.
3. Responsabilidad y sesgos: Los abogados son conscientes de que la IA no es infalible. Los sistemas de Inteligencia Artificial pueden cometer errores, lo que plantea cuestiones fundamentales sobre la responsabilidad. Si un abogado basa sus decisiones en las recomendaciones de un sistema de Inteligencia Artificial y este comete un error costoso, surge la interrogante de quién asume la responsabilidad. Los abogados están acostumbrados a asumir la responsabilidad por sus decisiones, pero la Inteligencia Artificial genera desafíos éticos y legales en este aspecto.
La introducción de sesgos en la toma de decisiones legales por parte de sistemas de Inteligencia Artificial también genera inquietud respecto a la independencia de la Abogacía y los principios del Estado de Derecho. Esto ha dado lugar a propuestas de modificación del artículo 20 del Proyecto de Ley del Derecho de Defensa, con el fin de someter las plataformas de IA utilizadas en la selección de profesionales de la abogacía a supervisión y regulación por parte de los Órganos de la Abogacía Institucional y los Colegios de Abogados.
Existe, además, preocupación por la posibilidad de que la información generada por la Inteligencia Artificial se considere verídica cuando no lo es, lo que podría desencadenar problemas legales y de reputación.
4. Falta de jurisprudencia: La Inteligencia Artificial en el ámbito legal a menudo se basa en el análisis de vastos conjuntos de datos históricos. Sin embargo, la carencia de jurisprudencia actualizada puede llevar a resultados desactualizados. Los abogados sostienen que la Inteligencia Artificial no puede reemplazar por completo la experiencia humana y el conocimiento actualizado de la ley. Los casos, como ya hemos dicho, dependen del contexto específico en el que se presentan. La falta de jurisprudencia actualizada dificulta que la Inteligencia Artificial comprenda y se adapte adecuadamente a los cambios en los contextos legales. Esto puede llevar a respuestas inflexibles y poco apropiadas en situaciones complejas y cambiantes
5. Privacidad y seguridad de los datos: La Inteligencia Artificial requiere acceso a grandes cantidades de datos, incluyendo información confidencial de los clientes. La preocupación por la privacidad y la seguridad de estos datos representa una barrera importante para la adopción total de la Inteligencia Artificial en la práctica legal. Los abogados temen la exposición de información confidencial y la posibilidad de violaciones de seguridad.
Además, la capacidad de la Inteligencia Artificial para falsificar imágenes, videos y audios de manera sencilla y económica también genera inquietudes en la manipulación de pruebas o en la protección de la privacidad y los derechos del artículo 18 de la constitución española.
Conclusiones
En resumen, la reticencia de los abogados hacia la adopción plena de la Inteligencia Artificial en su práctica diaria se fundamenta en una serie de preocupaciones legítimas y desafíos éticos que deben ser abordados con cautela y atención. Si bien la Inteligencia Artificial ofrece ventajas innegables en términos de eficiencia y precisión, el sector de la abogacía se caracteriza por su complejidad y su dependencia de la interpretación humana, la responsabilidad y la ética.
En última instancia, la colaboración entre los colegios de abogados y la industria de la Inteligencia Artificial, junto con una regulación adecuada y la formación continua de los profesionales, puede allanar el camino hacia una relación más sólida y confiable entre los abogados y la inteligencia artificial, aprovechando al máximo sus beneficios sin comprometer la integridad y la ética de la profesión legal.

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