A lo largo de los años hemos visto como muchos trabajadores han sido reemplazados por maquinaria. Los trabajos mecánicos han sido los que principalmente se han ido quedando desfasados debido al avance tecnológico. Hoy en día, el progreso tecnológico es digitales y las profesiones amenazadas están cambiando.
A pesar de que esta revolución digital implica mejoras como la eficiencia digital, lo cierto es que los juristas también se sienten amenazados ya que inteligencia artificial puede ser una herramienta que llegue a desempeñar toda clase de labores jurídicas, sin embargo, como ya debatimos en un artículo anterior, no llegará a sustituirnos, sino que nos hará más eficientes. La razón es bastante simple. Para ejercer como jurista es necesario saber interpretar y aplicar la ley. Esto implica contextualizar una tarea que una máquina no puede realizar de forma automatizada, por lo menos, por el momento.
Automatización en la abogacía, problema y solución al mismo tiempo
La inteligencia artificial sí que cuenta con un papel relevante en todos aquellos procedimientos de carácter formal o que cuentan con una solución objetiva. Estos procedimientos se encuentran basados en la automatización y eso sí que son tareas que pueden ser llevadas a cabo por las inteligencias artificiales.
Esta automatización permite al abogado liberar una gran carga de trabajo. Según una encuesta realizada en el Transition Survey, un 84% de los despachos estadounidenses consideran que la implementación de la inteligencia artificial es una obligación estratégica.
Poder liberar al abogado de la carga de trabajo más repetitiva le permite centrarse en aquellas tareas que requieren más atención. Gracias a la inteligencia artificial se liberan tareas de investigación o documentación, por lo que pueden repercutir el ahorro de trabajo y mantenerse competitivo en un mercado saturado.
Los algoritmos diseñados para automatizar son capaces de preparar contratos a través de un análisis jurídico y proceso de relación automatizado, por lo que no existen incumplimientos normativos accidentales siendo los abogados mucho más eficientes.
Casos en los que el abogado podría ser reemplazado
A pesar de que todo esto suena bastante positivo para el jurista, también es importante tener en cuenta los casos en los que puede ser reemplazado.
Un 15% de las grandes firmas inglesas han sustituido el trabajo de sus abogados por sistemas automatizados. Aunque la implementación de tecnología en empresas y la regulación del mercado en España y en países que aplican el derecho romano difieren del Reino Unido, hay una tendencia marcada que, según expertos, se espera se implemente en mayor o menor grado en un futuro cercano.
Cuando hablamos de la eficacia que tienen estas inteligencias artificiales a la hora de llevar a cabo trabajos rutinarios, es evidente que ya no es necesaria la figura de un abogado que lleve a cabo dicho trabajo. Si una inteligencia artificial es capaz de crear contratos en base a unos parámetros, o transcribir de voz a texto en distintos idiomas, la figura del abogado debe reinventarse. “Si antes el análisis de una due diligence lo hacían diez júniors, ahora lo hacen tres con el apoyo de una herramienta tecnológica”, señalaba Diego Alonso al ser preguntado por el diario El País.
Lo que está claro es que el sector jurídico tal y como lo conocemos hoy en día está cambiando. Saber adaptarse a dichos cambios será fundamental para poder ofrecer un buen servicio como abogado.
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